HUÉ GARCÍA, Carlos, Pensamiento emocional. Un método para el desarrollo de la autoestima y el liderazgo, Mira Editores, Zaragoza, 2007, 390 págs.
Aunque muestre su deuda con el famoso Inteligencia emocional de Goleman, este Pensamiento emocional no es una simple secuela "a la española" de la obra del estadounidense. Uno de los principales valores del título de Carlos Hué –psicólogo asociado al ICE de la Universidad de Zaragoza– es, precisamente, proponer ejercicios con cuya realización asegura el autor que el lector mejorará en el cultivo de sus emociones. Es, por ello mismo, interesante –además de por la pasión y el corazón con que se vislumbra que ha sido concebido y escrito– para cualquiera que desee profundizar en su autoconocimiento y en el desarrollo personal. No en vano, Hué se refiere a la famosa inscripción del templo de Delfos, "conócete a ti mismo" Aunque, como dijo una amiga: "Pero, ¿y si no te gusta lo que ves?" Allá cada uno.
El libro está estructurado en 7 partes principales: conocimiento propio, valoración de uno mismo, control emocional, motivación personal, conocimiento de los demás, valoración de los otros, y control de los demás. Este lector echa de menos un índice más completo, que ayudase a la localización de aquellos aspectos que, dentro de cada capítulo, le pudiesen interesar más. Asimismo, le habría gustado encontrar un índice analítico que, de nuevo, la permitiera ir directamente al grano de un tema determinado. No se puede tener todo, desde luego.
Una salvedad levantada por este inexperto lector en temas de este jaez. Parece evidente que el libro, desde el mismo título, incite al cultivo de las emociones y, por tanto, del pensamiento emocional. Sin embargo, en un pasaje del libro, dedicado al control emocional, Hué se apoya en una propuesta de la escuela cognitivo-conductual en la que el "razonamiento emocional" sería uno de los tipos de "pensamiento distorsionado" (p. 173). Afortunadamente, y a pesar de esta aparente contradicción, Hué convence sobradamente al lector de la conveniencia del cultivo de las emociones.
Y un último lamento: algunas erratas y faltas tipográficas, seguramente debidas a una revisión-corrección demasiado acelerada. No una, ni dos, apariciones de "hallar" como verbo auxiliar, o de "cayó" como pretérito indefinido del verbo "callar". Salvedades que, de verdad, no restan valor a este libro del entrañable y amistoso Carlos Hué. Por cierto, Carlos: ¿quién es el autor de la portada?
Aunque muestre su deuda con el famoso Inteligencia emocional de Goleman, este Pensamiento emocional no es una simple secuela "a la española" de la obra del estadounidense. Uno de los principales valores del título de Carlos Hué –psicólogo asociado al ICE de la Universidad de Zaragoza– es, precisamente, proponer ejercicios con cuya realización asegura el autor que el lector mejorará en el cultivo de sus emociones. Es, por ello mismo, interesante –además de por la pasión y el corazón con que se vislumbra que ha sido concebido y escrito– para cualquiera que desee profundizar en su autoconocimiento y en el desarrollo personal. No en vano, Hué se refiere a la famosa inscripción del templo de Delfos, "conócete a ti mismo" Aunque, como dijo una amiga: "Pero, ¿y si no te gusta lo que ves?" Allá cada uno.
El libro está estructurado en 7 partes principales: conocimiento propio, valoración de uno mismo, control emocional, motivación personal, conocimiento de los demás, valoración de los otros, y control de los demás. Este lector echa de menos un índice más completo, que ayudase a la localización de aquellos aspectos que, dentro de cada capítulo, le pudiesen interesar más. Asimismo, le habría gustado encontrar un índice analítico que, de nuevo, la permitiera ir directamente al grano de un tema determinado. No se puede tener todo, desde luego.
Una salvedad levantada por este inexperto lector en temas de este jaez. Parece evidente que el libro, desde el mismo título, incite al cultivo de las emociones y, por tanto, del pensamiento emocional. Sin embargo, en un pasaje del libro, dedicado al control emocional, Hué se apoya en una propuesta de la escuela cognitivo-conductual en la que el "razonamiento emocional" sería uno de los tipos de "pensamiento distorsionado" (p. 173). Afortunadamente, y a pesar de esta aparente contradicción, Hué convence sobradamente al lector de la conveniencia del cultivo de las emociones.
Y un último lamento: algunas erratas y faltas tipográficas, seguramente debidas a una revisión-corrección demasiado acelerada. No una, ni dos, apariciones de "hallar" como verbo auxiliar, o de "cayó" como pretérito indefinido del verbo "callar". Salvedades que, de verdad, no restan valor a este libro del entrañable y amistoso Carlos Hué. Por cierto, Carlos: ¿quién es el autor de la portada?
3 comentarios:
Sr. Curro: Mi enhorabuena por su coraje y determinación demostrados al ser capaz de enfrentarse a la lectura de un libro que muestra una portada tan demoledora como la del que trata su reseña. Yo habría salido despavorido de la biblioteca/librería donde me hubiera topado con algún ejemplar expuesto de tal libro, lo confieso. Desde "Apocalypto" no había presenciado nada parecido.
Ha demostrado Vd. una capacidad de liderazgo y una autoestima tan descomunales al soportar sin despeinarse tanto horror pictórico, que supongo que al terminar de leer el libro exclamaría Vd. "Pero si todo esto ya lo sabía yo!!!" Saludos. entrezenygen
Gracias, Sr Entrezenygen, por haber escrito un comentario en el que no se meta con A.Giddens. Es una novedad!
Sr. Curro: Se me han roto las gafas y no distingo bien si se congratula vd. porque no me "meto" con A. Gudos o con Eva Almuniens, vd. perdone. Nihil novum sub solem. entrezenygen
Publicar un comentario